jueves, 20 de febrero de 2014

La Casa Koshino, 1980. Tadao Ando, la relación arquitectónica entre los volúmenes y la luz



Tadao Ando nace en 1941 en la ciudad de Osaka, en donde comenzó realizando construcciones de madera, como carpintero, tal y como marca la tradición en la arquitectura japonesa. Y su obra ha acabado siendo reconocida mundialmente, recibiendo varios prestigiosos galardones.


Es a partir de 1970 cuando Tadao Ando comienza a emplear el uso del hormigón al desnudo, el hormigón al natural según termina su proceso de formación, pudiendo observar así el profundo estudio que existen entre la volumetría generadora y la entrada de la luz natural, una luz que nos envuelve en un profundo misticismo, transportándonos casi a otra época diferente y que se va a convertir en la base de lo que ha de ser su obra arquitectónica.


La concepción de la Arquitectura por Tadao Ando se forja a través de los viajes que realiza, a lo largo de las diferentes culturas arquitectónicas analizando desde su particular visión la relación entre el hombre, la arquitectura y la naturaleza.


Óculo central del Panteón de Agripa en Roma


Vista interior de la casa Koshino – Tadao Ando


Adentrándonos más en el análisis de la casa Koshino, hemos de destacarla como una de las obras cumbres en cuanto a la arquitectura residencial del maestro Tadao Ando. Aislada de su entorno mediante unos potentes muros de hormigón, centra toda la atención hacía su más íntimo espacio interior, algo que está presente en las primeras construcciones del Arquitecto. 


En la casa Koshino, la extrema pulcritud con la que están tratados los materiales hace que nos olvidemos de su presencia. Vidrio, acero y hormigón desaparecen gracias a la técnica del claroscuro; la luz se convierte en el principal material, precisamente por el empleo de la pureza en las formas y la rotundidad volumétrica de los diferentes espacios. 


Estamos ante una vivienda de grandes dimensiones ubicada en una parcela en la que la presencia de la vegetación es muy importante. Con muchísima inteligencia y mediante un único gesto consigue resolver dos problemas convirtiéndolos en Arquitectura; rota la direccionalidad de la casa mediante un giro de casi 45 grados y así consigue respetar a los árboles existentes y aprovechar la inclinación de la parcela para enterrar en parte el edificio y protegerlo aún más del exterior, en esa búsqueda de la intimidad. 


Inicialmente la vivienda se resolvió mediante el empleo de dos volúmenes rectangulares y paralelos realizados en hormigón visto, dejando aflorar las huellas del encofrado. Uno más alargado de una sola altura orientado al Sur que se compone de las habitaciones organizadas linealmente. Y un segundo volumen de dos alturas en el que se ubican el comedor y la cocina en su planta baja, junto al dormitorio principal y un estudio en su planta superior. 



Más adelante Tadao Ando tiene que diseñar una ampliación de la vivienda, cuatro años después de su construcción original, que se realiza mediante un volumen prácticamente enterrado en la ladera, completamente diferenciado de la organización lineal de los otros dos volúmenes gracias a su forma de media luna y que alberga en su interior un estudio a modo de “cueva”.


Como insistimos anteriormente, lo importante en la obra de Tadao Ando no reside en los materiales o la distribución, la clave está en la luz. La luz dota de vida a esta vivienda, transformando cada uno de los diferentes espacios y otorgando emoción y belleza a los mismos. El conjunto resulta tremendamente atractivo desde una mirada sensible con espacios destinados a la serenidad y a la espiritualidad. 



Datos Generales: 
Obra: Casa  Koshino
 Arquitecto: Tadao Ando 
Situación: Ashiya, Japón. Año: 1980 


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